Chetumaleña

Como una forma de alentar el ánimo de los chetumaleños que recién habían padecido el embate del huracán Janet en 1955. El gobierno del territorio convoca al conocido músico Rubén Darío Herrera para crear una obra musical que coadyuvara a ese objetivo, a Ramón Valdiosera Berman, destacado diseñador de la época para que creara un traje típico y a los maestros Elvira Ferreiro Villamil y Omar Erosa Vásquez para diseñar una coreografía. Así en 1959 se estrena la danza La Chetumaleña, una obra musical que inicia con una alegoría prehispánica, un sabroso danzonete y concluye con un festivo son regional jaranero. El vestuario esta inspirado en una figurilla maya según su creador, y se le han adicionado nuevos elementos como el mascarón de Kohunlich y el dios descendente de Tulum al diseño original que solo tenía grecas para hacerlo vistoso y más competitivo en eventos culturales de representación.